La imposición de los dividendos entra en vigor en 2026.
La propuesta se aplica 10% IR sobre los importes que superen R$ 50 mil al mes por fuente de pago.
Se trata del primer cambio significativo desde 1996 y supone un intento de equiparar a Brasil con otros países que ya gravan los beneficios distribuidos.
La tasa será mensualmente, Esto se hace directamente en origen y sólo tiene en cuenta el excedente por encima del límite.
Los dividendos enviados al extranjero también tendrán 10% de retención.
Además, a los contribuyentes con ingresos anuales muy elevados se les aplica la regla del impuesto mínimo, Esto impide que la carga efectiva caiga por debajo de un umbral definido.
Los accionistas que reciben elevados dividendos, los holdings familiares y las empresas con fuerte distribución de beneficios son los más afectados.
Hay una regla importante: los beneficios constatados y aprobados hasta el 31/12/2025 siguen exentos, aunque se paguen más tarde.
En otras palabras, 2025 se convierte en un año estratégico para organizar la distribución y documentarlo todo correctamente.
Revise su modelo de distribución, evalúe si anticipar beneficios tiene sentido y compruebe cómo será su carga fiscal después de 2026.
Para muchas empresas, será necesario ajustarse en favor del trabajo, reorganizar las estructuras empresariales y planificar la tesorería.
Lo ideal es que lo comente con su contable lo antes posible (2025) para evitar impuestos innecesarios.