A Aprobada la reforma fiscal en Brasil está reescribiendo las reglas del juego para las empresas y los consumidores, y uno de los cambios más polémicos e impactantes es la creación de la llamada Impuesto sobre el pecado. Este nuevo impuesto, que promete afectar a los bolsillos de quienes fabrican, venden o consumen productos como cigarrillos, alcohol y refrescos, plantea una serie de interrogantes:
¿La medida se centra realmente en la salud pública o es sólo otra forma de recaudar ingresos? Y lo más importante: ¿cómo se adaptarán las industrias a este nuevo escenario?
Este artículo está pensado especialmente para las empresas del sector que fabrican o comercializan productos sujetos al nuevo Impuesto Selectivo. Aquí entenderá qué es este impuesto, qué productos se verán afectados, cuánto costará, cuándo entrará en vigor y cuáles serán las repercusiones prácticas para su empresa. Más que explicar la ley, el objetivo es hacer una lectura crítica del escenario y señalar los riesgos, retos y oportunidades que se derivan de esta nueva fiscalidad. Si su empresa comercia con bebidas alcohólicas, cigarrillos, refrescos, minería o vehículos, este contenido es esencial.
¿Sabe qué es el "impuesto del pecado"? ¿Quieres entender cómo afectará a tu sector y al bolsillo del consumidor? Ana y Rodrigo te lo explican todo: desde el tipo impositivo hasta las consecuencias para sectores como el tabaco, el alcohol, los alimentos azucarados e incluso los carburantes. Estrategia, impactos y visión crítica en una conversación directa y aguda. ¡Dale al play!
¿Qué es el impuesto sobre el pecado?
O Impuesto sobre el pecadooficialmente llamado Impuesto selectivo (IS)es un nuevo impuesto creado en la Reforma Fiscal brasileña (Enmienda Constitucional 132/2023) y regulada por la Ley Complementaria 214/2025.
Se trata de un recargo sobre los productos y servicios considerados nocivos para la salud pública o el medio ambiente - De ahí el sobrenombre de "impuesto sobre el pecado". A diferencia de los nuevos impuestos generales sobre el consumo (IBS y CBS)El IS tiene el carácter selectiva y extrafiscalEn otras palabras, su principal objetivo es desincentivar el consumo de estos artículos específicos mediante un cargo adicional.
En otras palabras, no es un impuesto más para recaudar ingresos: viene con el discurso de cambios en el comportamiento de los consumidorespenalizando los productos "nocivos" con impuestos más altos.
En términos prácticos, el Impuesto Selectivo será un impuesto federal, recaudado sólo una vez en la cadena (normalmente en la producción inicial, extracción, importación o comercialización del bien) y no se recaudarán acumulativamente sobre otros impuestos al consumo
Este impuesto ha sustituido en parte la antigua función extrafiscal del IPI (Impuesto sobre Productos Industrializados) para determinados productos: mientras que el IPI se suprimirá en la mayoría de los casos a partir de 2027, el IS asume la función de gravar fuertemente los productos "pecaminosos" (como cigarrillos, alcohol, etc.) que antes pagaban un IPI elevado. En resumen, el Impuesto sobre el Pecado es un herramienta fiscal nuevo dentro del paquete de reformas, dirigidas a sectores específicos con el objetivo declarado de promover la salud pública y la protección del medio ambiente.
Este impuesto ha sustituido en parte la antigua función extrafiscal del IPI (Impuesto sobre Productos Industrializados) para determinados productos: mientras que el IPI se suprimirá en la mayoría de los casos a partir de 2027, el IS asume la función de gravar fuertemente los productos "pecaminosos" (como cigarrillos, alcohol, etc.) que antes pagaban un IPI elevado. En resumen, el Impuesto sobre el Pecado es un nueva herramienta fiscal dentro del paquete de reformas, dirigidas a sectores específicos con el objetivo declarado de promover la salud pública y la protección del medio ambiente.
¿Qué productos se verán afectados?
La lista de productos sujetos a impuestos especiales es la siguiente categorizado y se definió en el artículo 409 de la LC 214/2025. Básicamente son bienes y actividades asociados a riesgos sanitarios o medioambientales. Los principales elementos que serán gravados por el IS incluyen:
- Productos del tabaco - Cigarrillos, puros y otros productos para fumar.
- Bebidas alcohólicas - Todas las bebidas alcohólicas, desde cervezas hasta licores.
- Bebidas azucaradas - Refrescos y otras bebidas no alcohólicas con azúcar añadido.
- Vehículos de motor contaminantes - Coches, motos, barcos y aviones propulsados por combustibles fósiles (elementos de transporte con altas emisiones).
- Productos minerales - Minerales en general y combustibles fósiles como el petróleo y el gas natural (gravados en su extracción).
- Apuestas y juegos - Concursos de pronósticos, apuestas (loterías) y deportes de fantasía (juegos de apuestas deportivas en línea).
Esta lista abarca tanto productos tradicionalmente considerados "pecaminosos" desde el punto de vista de la salud (tabaco, alcohol, azúcar) como artículos vinculados a daños medioambientales (vehículos contaminantes, extracción de minerales).
Cabe señalarDurante el proceso de reglamentación, se habló de incluir también alimentos ultraprocesados ricos en sodio, grasas saturadas y azúcar en la lista. Los sectores sanitarios abogaron por gravar estos alimentos, pero la industria alimentaria reaccionó enérgicamente.
En el texto final aprobadoEl Los alimentos ultraprocesados (aperitivos salados, embutidos, etc.) se dejaron de lado.con a excepción de las bebidas azucaradas (refrescos), que de hecho estarán gravados por el IS. En otras palabras, no habrá impuesto sobre las galletas, los helados, los alimentos congelados y similares, al menos de momento.
Esta exclusión ha aliviado la carga sobre el sector alimentario, pero mantiene el foco sobre las bebidas azucaradas, dadas las pruebas de su impacto sobre la salud (obesidad, diabetes).
Otro punto importante: electricidad y telecomunicaciones no se verá lastrada por la SIA pesar de tratarse de servicios universales, se ha procurado excluir a estos sectores de la incidencia del impuesto sobre el pecado, para evitar encarecer la electricidad e internet a la población.
Artículos esenciales como combustibles de uso general (gasolina, gasóleo) también quedan fuera del ámbito de la SI - en su lugar, los combustibles tendrán un régimen fiscal específico dentro del nuevo modelo, pero no a través de los impuestos especiales. Por lo tanto, la atención se sigue centrando en los productos enumerados anteriormente, que se consideran no esenciales o perjudiciales desde algún punto de vista.
Tarifas: ¿cuántos impuestos se cobrarán?
En Los tipos exactos del impuesto especial para cada categoría aún no se han establecido definitivamente. - tendrán que ser fijadas por leyes ordinarias específicas o por reglamentos del Ejecutivo dentro de los límites establecidos. No obstante, ya existen proyecciones y parámetros indicados durante los debates sobre la reforma. La lógica general es: cuanto más nocivo sea el producto, mayor será el tipo impositivosiguiendo el principio de esencialidad/internalización de las externalidades.
Para hacernos una idea, Las propuestas debatidas sugerían los siguientes porcentajes de IS sobre el valor del producto en 2027:
- Cigarrillos y otros productos para fumar: 250% (es decir, un impuesto equivalente a 2,5 veces el precio de fábrica de un cigarrillo).
- Bebidas alcohólicasentre 46% y 62%Esto varía en función del contenido de alcohol: las bebidas más fuertes pagan más impuestos que las de menor graduación.
- Refrescos y bebidas azucaradas: 32% sobre el valor del producto.
- Bienes minerales (mineral de hierro, petróleo, gas, etc.): 0,25% sobre el valor bruto extraído.
Estas cifras demuestran la naturaleza fuerte fiscalidad para determinados sectores. Los cigarrillos, por ejemplo, se verían sometidos a una enorme presión fiscal adicional (no muy distinta de la situación actual, en la que la presión fiscal total sobre los cigarrillos supera ya el 80% del precio al consumo).
Las bebidas alcohólicas también se enfrentarían a un aumento significativo, aunque graduado, posiblemente diferenciando entre cervezas, vinos y licores. En el caso de refrescosLos 32% adicionales de impuestos encarecerían mucho más los refrescos, reforzando el incentivo para que los consumidores busquen alternativas (como las bebidas sin azúcar, que presumiblemente no entran en la definición de "bebida azucarada").
Ahora vehículos contaminantes y otros elementos aún no se han anunciado, pero espere algo cercano a las antiguas tasas de IPI para coches (que oscilaban entre ~7% y 25%, según el motor) o incluso superiores, dado el atractivo medioambiental.
Para el sector mineroEl límite máximo establecido en la ley complementaria era de 0,25% sobre el valor del mineral o del combustible fósil - un tipo bajo en términos porcentuales, precisamente porque la intención aquí es más captar parte de la renta del recurso natural (y compensar la pérdida de IPI de la Zona Franca de Manaos) que desincentivar totalmente la extracción.
Es importante recordar que, según la Constitución, las exportaciones no pueden ser gravadas por este impuesto. Hubo incluso una polémica: inicialmente se quería cobrar el IS sobre la extracción de minerales aunque el producto se exportara, pero el Ejecutivo lo vetó alegando que contradecía la inmunidad de exportación. Así, las empresas mineras y petroleras pagarán el IS sólo en ventas interiores.
En resumen, los tipos del impuesto sobre el pecado varían drásticamente en función del producto. Salud pública (cigarrillos, alcohol, refrescos) tienden a tener impuestos altísimosmientras que bienes estratégicos/exportables (minerales, petróleo) permanecen con tasas simbólicas.
Esta diferenciación refleja tanto consideraciones sanitarias como presiones económicas y políticas (después de todo, gravar fuertemente los minerales podría perjudicar a uno de los motores de la economía nacional). Vale la pena subrayar que estos porcentajes aún podrían cambiar, ya que la ley complementaria sólo daba directrices y El Congreso podría ajustar los tipos antes de 2027 para calibrar el efecto y la recogida deseada.
¿Cuándo empieza a aplicarse el impuesto? (Transición y fechas)
¿Cuándo tendrán que pagar las empresas el Impuesto Selectivo? Según el calendario de la reforma fiscal, el IS entra en vigor el 1 de enero de 2027. El año 2026 será un periodo de transición, pero centrado en los nuevos impuestos CBS e IBS (que se probarán en un entorno real, pero sin recaudación real, sólo simulación en facturas). Durante 2026, el Impuesto Selectivo aún no se aplicaráEsto se debe a que los impuestos actuales (como el IPI) seguirán aplicándose durante este periodo de prueba.
El gran punto de inflexión llega a principios de 2027A continuación se suprimieron definitivamente el PIS y el Cofins y se redujo a cero el tipo del IPI (salvo para proteger la Zona Franca de Manaos), comienza a recaudarse efectivamente el Impuesto sobre el Pecado. En otras palabras, todos los hechos imponibles que se produzcan a partir de enero de 2027 y que afecten a productos incluidos en la lista del IS estarán ya sujetos a este nuevo impuesto adicional. Las empresas de los sectores afectados deberán entonces incluir el Impuesto Especial en el precio y cálculo de sus obligaciones a partir de ese momento.
¿Y qué pasa con la transición para quienes ya pagan otros impuestos? En la práctica, el IS sustituye a la función que el IPI ejercía sobre estos productos específicos. En 2027, el IPI desciende a 0% (cero) en la mayoría de los casos, por lo que la carga extrafiscal migra al Impuesto Selectivo.
Para la empresa, significa que en lugar de pagar el IPI sobre los cigarrillos o las bebidas, por ejemplo, pagará el IS. No hay introducción progresiva del IS a lo largo de varios años: a diferencia del SII, que crecerá gradualmente de 2029 a 2032, el IS crecerá gradualmente de 2029 a 2032. La Fiscalidad Selectiva ya entra de lleno en 2027.
Obviamente, el Gobierno puede ajustar los tipos a lo largo del tiempo (incluso por decreto presidencial, siempre que se mantenga dentro de los límites legales, lo que también ha suscitado críticas sobre la inseguridad jurídica). Pero no se prevé un periodo de "medio tipo" ni nada parecido: las reglas del juego cambian de golpe para determinados sectores en 2027.
Más allá de 2027, otras fechas relevantesA partir de 2029, los antiguos impuestos ICMS (estatales) e ISS (municipales) comienzan a reducirse gradualmente, mientras que el IBS aumenta, completándose la transición general del sistema en 2033. Sin embargo, esto afecta a todos los sectores indistintamente.
Específicamente para los productos "pecaminosos", el hito crucial es 2027Cuando estos bienes se una estructura fiscal muy diferente (CBS + IBS + IS, sin PIS/Cofins, sin IPI). Por lo tanto, las empresas tienen hasta finales de 2026 para adaptarse - ya sea ajuste de los sistemas de facturaciónsea revisar las políticas de precios y acciones a la nueva realidad fiscal.
¿Quién se verá directamente afectado?
El impuesto sobre el pecado afecta principalmente a los empresas industriales que fabrican, importan o comercializan los productos enumerados. Nos centramos en algunos subsectores industriales muy específicos:
- Industria tabaqueraLas fábricas de cigarrillos, puros, cigarritos y otros productos del tabaco se verán duramente afectadas. Estas empresas, que ya operan con una elevada presión fiscal y normativa, se enfrentarán a un nuevo impuesto de considerable peso. Los importadores de cigarrillos extranjeros también se verán afectados.
- Industria de bebidas alcohólicasCerveceras, bodegas, destilerías y fabricantes de bebidas en general tendrán que pagar el IS sobre sus productos. Desde las grandes cerveceras hasta los pequeños productores de cachaça artesanal, todos los que vendan bebidas alcohólicas entrarán en el ámbito de aplicación (respetando posiblemente las diferencias por grado alcohólico).
- Industria de los refrescosEste nicho incluye a los fabricantes de refrescos, néctares azucarados, zumos de caja con azúcar añadido, tés preparados azucarados, bebidas energéticas con azúcar, etc. Las empresas de bebidas que tienen líneas "normales" (azucaradas) frente a las "zero" deben prepararse para un tratamiento fiscal diferente entre ellas: las líneas con azúcar pagan el IS, las versiones dietéticas/zero escapan a él.
- Sector del automóvil y vehículosLos fabricantes de automóviles, motocicletas, camiones, embarcaciones y jets ejecutivos -especialmente los propulsados por gasolina, gasóleo o parafina de aviación- estarán sujetos al impuesto sobre el pecado en la venta de estos productos. Se trata de un impacto significativo para la industria automovilística nacional, que ya se había estado adaptando a los incentivos para los coches eléctricos: ahora habrá un desincentivo explícito para los vehículos tradicionales de combustión interna.
- Minería, petróleo y gasLas empresas mineras (hierro, bauxita, etc.) y petroleras/petroquímicas también sentirán el efecto, aunque la tasa sea baja. Cuando se extraiga mineral o se produzca petróleo para el mercado nacional, se gravará con el IS, por lo que gigantes como Vale, Petrobras y otras empresas del sector tendrán este componente añadido a sus costes de producción.
- Empresas de loterías y apuestas: Operadores de loterías, apuestas deportivas y deportes de fantasía tendrán que pagar impuestos sobre sus ingresos. Se trata de un segmento peculiar: muchos son entidades estatales (Caixa Econômica, loterías estatales) o plataformas digitales. En cualquier caso, el impuesto afecta al sector del juego y las apuestas gravando cada operación/apuesta realizada.
Para estas empresas, el Impuesto Selectivo representa aumento de la presión fiscal y obligaciones accesorias adicionales. Tendrán que adaptarse en términos de sistema de factura electrónica (NF-e) - por ejemplo, identificar correctamente cuándo una venta implica un producto sujeto al IS y destacarlo de acuerdo con las futuras directrices de las autoridades fiscales. También hay repercusiones en gestión del efectivoDado que el IS se calculará y abonará mensualmente, las empresas deben prever el pago de esta importante cantidad.
Otro grupo indirectamente afectado es el minoristas y distribuidores de estos productos, así como la consumidores finalesPero aquí nos centramos en las industrias. En el caso de los fabricantes, tendrán que tomar decisiones difíciles: absorber parte del coste del impuesto (reduciendo el margen) o repercutirlo íntegramente en el precio? Cada sector tendrá una dinámica diferente en función de la elasticidad del producto y de la competencia del mercado, pero sin duda la rentabilidad y el volumen de ventas de estas empresas estarán en juego.
Repercusiones previstas para el sector industrial
Desde el punto de vista de las industrias afectadas, el nuevo impuesto sobre el pecado conlleva una serie de nuevos beneficios. retos y posibles efectos prácticos:
Aumento de costes y precios: La incidencia de un impuesto adicional muy elevado en algunos casos (véase 250% sobre los cigarrillos) hace que el el coste fiscal por unidad se disparará.
Es probable que las empresas repercutan gran parte de este coste en el precio final del producto; al fin y al cabo, pocas empresas pueden absorber un impuesto que multiplica internamente el precio.
Raquel Torres - Asesora Fiscal
Así, un aumento significativo del precio de productos como cigarrillos, bebidas alcohólicas y refrescos al consumidor. Esto podría presionar la inflación en determinadas categorías y reducir las ventas en volumen. Para la industria, un menor volumen podría implicar la utilización de capacidad ociosa, la reducción de la inversión o incluso la supresión de puestos de trabajo a medio plazo, si la caída del consumo es significativa.
- Revisión e innovación de la gama de productosLas empresas pueden reaccionar adaptar su cartera. Por ejemplo, los fabricantes de bebidas pueden acelerar la producción y comercialización de versiones "cero azúcar" o bebidas saludables para evitar impuestos, desplazando el foco de atención de los productos azucarados tradicionales. Las industrias alimentarias, si se incluyen en el futuro, podrían reformular los productos para reducir los ingredientes nocivos y evitar la etiqueta "pecaminoso". En el sector del automóvil, la existencia del IS sobre los coches de combustión actúa como incentivo indirecto para que los fabricantes inviertan más en vehículos eléctricos e híbridosque probablemente no serán gravados por el IS (porque no son contaminantes locales). En resumen, la política fiscal puede elaboración de estrategias industrialesque produce "pecados" puede intentar pivote por productos más "virtuosos" y menos gravados.
- Traspaso a los consumidores frente a caída de la demandaLa demanda de los productos afectados puede reaccionar de distintas maneras. Algunos son más elásticos (refrescos: los consumidores pueden reducir su consumo o pasarse a los zumos naturales, por ejemplo), mientras que otros son notoriamente inelásticos (cigarrillos: los adictos tienden a seguir comprándolos, aunque sean caros). Si el precio se repercute íntegramente, se espera cierta reducción del consumo de artículos superfluosEsto repercute directamente en el volumen de negocios de las empresas. En el caso de los bienes con una fuerte adicción o hábito, el consumo puede mantenerse a pesar del elevado precio, lo que significa que más ingresos para el gobierno, pero los consumidores pagan la factura. Existe el riesgo de pérdida de cuota de mercado a favor de competidores informales o ilegalesPor ejemplo, en el sector de los cigarrillos, Brasil ya sufre un alto índice de contrabando de marcas extranjeras más baratas (no gravadas en el país). Si el precio de los cigarrillos legales sube aún más, el aumenta la competitividad de los productos ilegalesEsto va en detrimento de las empresas formalizadas y genera un fomentar el mercado clandestino. Lo mismo podría ocurrir con las bebidas (caseras o de contrabando) si la diferencia de precio resulta tentadora.
- Competitividad y mercados exterioresPara los productos exportables (minerales, petróleo), aunque el IS no grava las exportaciones, se recaudará sobre las ventas internas y posiblemente insumos. Esto puede hacer ligeramente menos atractivo vender en el mercado nacional que exportar. Los sectores intensivos, como la minería, pueden argumentar que cualquier coste adicional reduce los márgenes y puede ahuyentar la inversión - sobre todo si otros países competidores no aplican un impuesto similar. En el sector del automóvil, un coche brasileño con un tipo impositivo elevado puede perder su mercado nacional frente a un coche importado equivalente si existe una laguna fiscal (aunque en teoría el coche importado también paga el IS cuando entra en el país). Por lo tanto, hay que vigilar el efecto sobre la competitividad: IS puede crear distorsiones del mercado si no está bien calibrado, ya sea favoreciendo productos alternativos (lo que puede ser incluso intencionado) o favoreciendo prácticas irregulares.
- Necesidad de cumplimiento y ajuste operativoDesde un punto de vista operativo, las empresas tendrán que invertir en sistemas y controles fiscales calcular y recaudar correctamente los impuestos especiales. Se están creando nuevos campos en las facturas electrónicas para indicar la incidencia del IS. También habrá obligación de cálculo mensual separado de este impuesto, sin derecho a créditos compensatorios (a diferencia del IBS/CBS, el IS no genera un crédito para la etapa siguiente). Esto requiere la formación del equipo fiscal de la empresa y, posiblemente, la adaptación de caja - Dado que no se podrán utilizar créditos soportados para amortizar el IS, se trata de un desembolso "a secas". Las empresas más pequeñas de los sectores afectados pueden tener más dificultades para adaptarse, ya que se trata de una partida adicional en la ya compleja gestión fiscal de Brasil.
En resumen, el impacto en el sector industrial será un equilibrio entre el objetivo público (desincentivar el consumo nocivo) y el efectos empresariales (aumento de costes, reorganización del mercado). Las empresas tendrán que ser ágiles para mitigación de riesgos: inversión en productos alternativos, eficiencia de la producción y lucha contra el comercio ilegal - al tiempo que se gestiona la percepción de los consumidores sobre los probables aumentos de precios.
Objetivos declarados frente a posibles efectos: una visión crítica
O discurso oficial en torno al Impuesto sobre el Pecado hace hincapié en objetivos nobles: promover la salud pública, reducir las externalidades negativas y fomentar las prácticas sostenibles. La idea es que al encarecer productos como los cigarrillos, el alcohol y los refrescos, la gente consumirá menos, reduciendo las enfermedades; y al gravar los artículos contaminantes, se fomentarán las tecnologías limpias y se dañará menos el medio ambiente. Además, los formuladores señalan que la recaudación de este impuesto podría financiación de programas sanitarios y medioambientalesEn teoría, sería una especie de "win-win": menos consumo nocivo, y el poco consumo que queda genera recursos para reparar el daño causado. En teoría, sería una especie de "win-win": menos consumo nocivo, y el poco consumo que queda genera recursos para reparar el daño causado.
En práctica, sin embargo, hay mucha controversia si se alcanzarán estos resultados - y si no había otras motivaciones detrás del impuesto. En primer lugar, muchos de estos bienes tienen demanda inelásticaespecialmente entre los consumidores de bajos ingresos. Esto significa que, incluso con subidas de precios, el consumo no desciende significativamente, ya que se trata de productos arraigados en la vida cotidiana o que provocan adicción (como en el caso de los cigarrillos).
En estos casos, el efecto principal puede ser aumento de los ingresos (la gente sigue comprando y sólo paga más impuestos), sin la contrapartida de una mejora sustancial de la salud pública. Esto plantea la crítica de que el gobierno está utilizando el argumento de la salud / medio ambiente para, en efecto, compensar la pérdida de ingresos de otros impuestos y engordar las arcas. Los expertos señalan que, de hecho, el IS ayudará a compensar la pérdida del IPI y los impuestos que se redujeron en la reforma, con un fuerte componente recaudatorio disfrazado de virtud pública.
También está la cuestión de justicia fiscal e impacto social. Artículos como las bebidas baratas y los cigarrillos son proporcionalmente más consumidos por las clases con menos ingresos.
Así, un impuesto elevado sobre estos bienes actúa de tal manera que regresivaEsto significa que pesa más (% de los ingresos) sobre los bolsillos de los más pobres, precisamente el segmento con menos acceso a tratamientos sanitarios, irónicamente.
Algunos sostienen que este tipo de impuestos castiga al consumidor en lugar de adoptar medidas educativas o restrictivas directas (por ejemplo, campañas antitabaco, prohibiciones de venta a menores, etc.). Dicho de otro modo, cobrar por el "pecado" en lugar de prevenirlo. Desde el punto de vista de las empresas, esta lógica también puede verse como una penalización de los sectores económicos legales que generan empleo e ingresos, sin abordar necesariamente la raíz de los problemas.
Otro efecto secundario preocupante ya mencionado es el fomentar la informalidad y la ilegalidad. Cuando hay un gran diferencia de precio Esto crea oportunidades para contrabandistas y evasores de impuestos. Brasil ya lo está experimentando con los cigarrillos (se calcula que más de la mitad de los que se consumen en el país son ilegales, procedentes de Paraguay).
Con impuestos aún más altos, se corre el riesgo de que este mercado ilícito se intensifique, socavando el objetivo de la salud (al fin y al cabo, los consumidores pueden recurrir a productos ilegales más baratos, a menudo de peor calidad) y industrias perjudiciales formal que pierden cuota de mercado. Para combatir este efecto será necesario mayor control y gasto público - más operaciones aduaneras, policía y castigo del fraude. En otras palabras, el impuesto sobre el pecado puede generar un ciclo del gato y el ratónEl gobierno sube los impuestos para desincentivar la evasión fiscal, pero acaba teniendo que gastar más en inspecciones para frenar la evasión fiscal y el contrabando.
Desde el punto de vista medioambiental, el resultado dependerá también de otros factores. Gravar sólo a los coches de combustión, no garantiza que los consumidores se pasen al coche eléctrico - si no hay una oferta asequible de tranvías o transporte público de calidad, la gente puede limitarse a mantener sus viejos vehículos durante más tiempo (lo que empeora la contaminación) en lugar de comprar un cero kilómetro con impuestos.
Para que la medida se traduzca en mejoras medioambientales, es posible que deba ir acompañada de incentivos para alternativas limpias (por ejemplo, subvenciones para coches eléctricos, inversión en transporte público). De lo contrario, el SI sólo se convierte en un peaje adicional para quienes necesitan un coche, sin reducción real de las emisiones a corto plazo.
Por supuesto no todo son críticas. Desde el punto de vista de la salud pública, existen pruebas internacionales de que los impuestos sobre las bebidas azucaradas reducen el consumo de azúcar y fomentar la reformulación de los productos (como en el caso de México, el Reino Unido, etc.).
En Brasil, aunque el impuesto no es una bala de plata, forma parte de un conjunto de acciones (etiquetas de advertencia, campañas educativas, restricciones publicitarias) que pueden cambiar juntos los hábitos a lo largo de los años. Además, si los ingresos se destinan realmente a sistemas sanitarios (tratamiento de enfermedades relacionadas con el tabaquismo, el alcohol, la obesidad) y proyectos medioambientales, la sociedad puede beneficiarse del retorno de estos fondos - aunque, como hemos visto, existe escepticismo sobre si esto ocurrirá realmente de forma transparente.
Conclusión
El impuesto sobre el pecado es una medida audaz y controvertida. Desde el punto de vista de las empresas del sector industrialrepresenta un nuevo reto normativo y financieroy puede alterar profundamente mercados enteros. Aunque sus objetivos declarados son loables, su los efectos económicos reales pueden diferirPodemos ver subidas de precios, reordenación del consumo e incluso distorsiones del mercado como el contrabando y la pérdida de competitividad internacional.
Queda por ver cómo será la aplicación en 2027 y si la el balance final será positivo en términos de salud/medio ambiente o si la naturaleza recaudatoria prevalecerá. Las empresas, por su parte, ya están en alerta, preparando estrategias para adaptarse a esta "nueva era" de la fiscalidad, al tiempo que evalúan críticamente si la medicina podría acabar siendo más amarga que el pecado que pretende curar.
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